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Tengo un TCA y he vomitado sangre, ¿Qué hago?

Es una señal de alarma grave que no debes ignorar
Sònia Sarro Álvarez
Dra. Sonia Sarró Álvarez
Doctora en Medicina. Psiquiatra especializada en trastornos de la conducta alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Jordi Mitjà
Jordi Mitjà Costa
Enfermero de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Vómitos

Algunas personas con un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) se provocan el vómito como una manera de compensar las ingestas o como una manera de expulsar emociones que, de otra manera, no se saben o no se permiten expresar, como por ejemplo la rabia o el dolor. Es una manera de canalizar las emociones negativas, aunque revertiéndolas contra uno mismo. Esta conducta no soluciona el problema, sino todo lo contrario, lo desvía y lo empeora. Además, interfiere tanto en la salud física como mental, así como en la calidad de vida de las personas que recurren a él.

El vómito puede crear un círculo vicioso, en el que un desencadenante previo (una emoción, sentimiento, situación…) hace que se produzca por ejemplo un atracón compulsivo; el cual produce un alivio temporal del malestar. A este alivio momentáneo le sigue un sentimiento de culpa que es el que precede el vómito autoinducido. Y así, el provocarse el vómito puede «enganchar», y funciona con el mismo mecanismo que una autolesión. 

Cuando este comportamiento es recurrente, la persona incluso puede llegar a vomitar sangre. Con la repetición del vómito, el ácido del estómago va erosionando la mucosa del esófago. La presión que se ejerce puede hinchar los vasos sanguíneos del esófago, que puede llegar a romperse. La mucosa del esófago es delgada y resiste mal el ácido gástrico que sube con el vómito. Al final la mucosa se rasga, por este motivo se puede vomitar sangre.

Aunque la hemorragia sea escasa, una vez se ha producido se puede volver a repetir. De hecho, hasta puede llegar a romperse el esófago, con hemorragia grave. El sangrado es una señal de alarma, no hay que ignorarla.

Consecuencias del vómito continuado:

  • Erosión de los dientes, llegando a destruir el esmalte dental.
  • Hinchazón de las glándulas salivares.
  • Lesiones superficiales en la parte superior de la garganta producidos por la fuerza de producirse el vómito.
  • Úlceras o sangrado en las paredes del esófago debido a la presencia de ácido en el estómago.
  • Hernia del estómago, reflujo y ardores.
  • Desequilibrio del potasio o deshidratación como consecuencia de la pérdida de jugo gástrico, agua y minerales durante los vómitos. Puede producirse sed, mareo, debilidad o espasmos musculares. Más riesgo si se añaden laxantes.

¿Qué hacer si has vomitado sangre?

Si detectas que vomitas sangre, debes comentarlo cuanto antes con tu profesional de referencia o acudir al servicio de urgencias, pues es una complicación grave y podría repetirse. También se recomienda que lo puedas explicar a personas de tu confianza para que te puedan ayudar. Es especialmente grave cuando existen vómitos autoinducidos reiterados que dilatan el esófago y crean reflujo y ardores.

Consejos básicos si vomitas sangre:

  • Reposa en posición sentada, sin estirarte totalmente. Si te estiras se podría favorecer el sangrado.
  • Evita, en los días posteriores, comidas especiadas, pesadas o difíciles de digerir. Evita el consumo de café, alcohol y estimulantes para no irritar esófago y estómago.
  • Si el sangrado se repite, acude al servicio de urgencias.
  • Si aparece mareo, sensación de frío, taquicardia o sensación de desmayo, puede que estemos ante un sangrado interno. En este caso también se recomienda acudir al servicio de urgencias con premura.
  • No comas o tomes ninguna medicación para intentar parar o neutralizar el sangrado.

Es importante recordar que una hemorragia puede poner en riesgo nuestra salud. El sangrado puede parecer escaso o haber parado externamente, mientras continua internamente.

Los equipos sanitarios realizarán un examen físico, comprobarán el estado del organismo y controlarán el riesgo de sangrado. En ocasiones, es necesario tomar medicación, pero en general es suficiente con dejar que el cuerpo se recupere y dar tiempo a la mucosa del esófago para que cicatrice. Este proceso de recuperación tarda unos días, siempre y cuando no se continúe vomitando.

Estrategias para ayudar a alejar el pensamiento de provocarse el vómito:

  • Ocúpate con alguna actividad que distraiga tu atención: escucha música, lee un libro…
  • No te quedes mucho rato en la cocina o el baño. Incluso puedes salir de casa para dar un paseo.
  • Busca relacionarte con otras personas. No te aísles.
  • Evita quedarte solo en casa. Especialmente después de un disgusto o frustración.
  • Procura no hacer restricciones ni ayuno de manera habitual. No comer o comer poca cantidad genera ansiedad, que predispone al atracón y al vómito.
  • Habla con personas de tu confianza del malestar emocional, aunque no sepas identificar tus emociones o describirlas.
  • Escribe un pequeño diario sobre lo que te pasa y cómo te sientes.
  • Trabaja con el equipo terapéutico otras formas de canalizar el malestar. Las hay, es cuestión de encontrarlas y este equipo te ayudarán a conseguirlo.
  • Déjate ayudar. Ponte en tratamiento.
Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 13 de Abril de 2023
Última modificación: 13 de Abril de 2023
Sònia Sarro Álvarez

Dra. Sonia Sarró Álvarez

Doctora en Medicina. Psiquiatra especializada en trastornos de la conducta alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Jordi Mitjà

Jordi Mitjà Costa

Enfermero de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

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