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Tratamiento del TDAH

El tratamiento más ampliamente recomendado por las Guías de Práctica Clínica (GPC) para abordar el TDAH es el tratamiento multimodal, que incluye el abordaje psicopedagógico, psicológico y farmacológico. Además, se recomienda realizar una intervención temprana, ya que favorece una mejor evolución y pronóstico del trastorno. 

Se recomienda una intervención psicopedagógica y psicológica en casos leves. En casos moderados-graves también se recomienda la intervención psicopedagógica y el tratamiento psicoterapéutico, además de valorar el tratamiento farmacológico.

Reeducación psicopedagógica

La reeducación psicopedagógica es el refuerzo escolar individualizado que se lleva a cabo después del horario escolar y que tiene como objetivo intervenir sobre la repercusión negativa de los síntomas nucleares del TDAH, con relación al aprendizaje y a la competencia académica. Este tipo de intervención va dirigida a mejorar el rendimiento de los mecanismos atencionales, la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva. Se ofrecen pautas y recursos (hábitos de aprendizaje, técnicas de estudio, apoyo educativo) para mejorar el rendimiento, aumentando la motivación y mejorando la autoestima, con relación a la competencia académica. 

Tratamiento psicológico

Respecto al tratamiento psicológico, las intervenciones psicológicas que han demostrado alguna evidencia científica se basan en la terapia de conducta, la terapia cognitiva, el entrenamiento en habilidades sociales y el entrenamiento para los progenitores, que incluye psicoeducación sobre el TDAH y pautas de manejo de conducta.

Tratamiento farmacológico

En los casos moderados o graves o cuando las primeras medidas han sido insuficientes, se valora también el tratamiento farmacológico. En España disponemos de dos grandes grupos de fármacos con indicación en el TDAH en menores a partir de los 6 años. El primer grupo son los estimulantes (metilfenidato y lisdexanfetamina) y el segundo grupo son los no estimulantes (atomoxetina y guanfacina). Los fármacos indicados para el TDAH son eficaces y seguros. Más del 70% de los niños y niñas atendidas responden de forma eficaz al primer tratamiento. Los efectos secundarios son leves y en raras ocasiones obligan a suspender el tratamiento.

Entre estos efectos secundarios encontramos como más frecuentes la pérdida de apetito, sobre todo al mediodía, y el insomnio de conciliación. Para intentar solucionar la disminución del apetito, se aconseja distribuir la ingesta en 5-6 tomas al día, intentando hacer una mayor ingesta en el desayuno, la merienda y la cena. A la hora de almuerzo se pueden utilizar frutos secos (almendras, avellanas, nueces), sin tostar y sin sal, siempre que no haya ningún tipo de alergia a este tipo de alimentos. Para los problemas con el sueño solemos administrar melatonina a dosis bajas unos 30-60 minutos antes de la hora en que queremos que el niño o niña se vaya a dormir.

Además, es importante asegurar tengan una dieta variada, con ingesta suficiente de frutas, verduras, pescado (dieta mediterránea) y limitada en el consumo de azúcares simples, colorantes artificiales y bebidas azucaradas o energéticas. También sabemos del beneficio de la práctica del ejercicio de forma regular, éste debe ser divertido y adecuado a la edad de cada menor.

También se encuentran evidencias sobre el beneficio de la práctica de mindfulness en niños con TDAH en diversos estudios realizados hasta el momento. Entre estos, destacamos un programa estandarizado de mindfulness para niños con TDAH y de libre acceso, desarrollado por la doctora Anna Huguet y el doctor José Ángel Alda.