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Cómo sobrevivir emocionalmente al choque cultural

Vivir una temporada en un país extranjero implica adaptarse al cambio
Mònica Fidelis Pérez de Tudela
Mònica Fidelis Pérez de Tudela
Periodista. Project Manager
SOM Salud Mental 360
choque cultural

A lo largo de la vida pueden surgir oportunidades vitales que tienen un importante impacto y a diferentes niveles. Hablamos de la oportunidad de residir una temporada, larga o corta, en un país extranjero donde todo nos es ajeno. Salir al extranjero a estudiar, a trabajar o a realizar un voluntariado puede ser una experiencia enriquecedora, pero también abrumadora sino conseguimos realizar una adaptación adecuada al nuevo entorno. Suelen ser experiencias que llegan, además, en la juventud, momento en el que quizás no tenemos desarrolladas al máximo potencial nuestras habilidades sociales, nuestra resiliencia ante la adversidad o, simplemente, tenemos menos experiencia de vida.

El llamado choque cultural que experimentamos, especialmente con culturas muy alejadas de la propia, puede generarnos malestar emocional, con episodios de tristeza, nostalgia y soledad. Es por ello que es interesante conocer de antemano las distintas fases por las que transitaremos y ser realistas con nuestras expectativas y reacciones al salir de nuestra zona de confort. El choque cultural es un fenómeno de dos vías, en la que debemos adaptarnos a una nueva realidad en la ida, cuando llegamos al nuevo país de residencia, y en la vuelta, cuando volvemos a casa y, de alguna manera, ya no somos la misma persona que se fue porque hemos crecido, aprendido y visto otras realidades.

Pero vamos por partes. En todo proceso de adaptación se transita por diferentes fases, según se recoge en la Guía sobre Salud Mental en el extranjero, de Eurodesk, la red europea que ofrece un servicio integral de información y orientación a los jóvenes.

Eurodesk define el choque cultural como ese sentimiento de sorpresa y confusión que te asalta cuando estás en el extranjero y que es totalmente normal. «Es como estar en una fiesta en la que no conoces las reglas», reza de forma muy gráfica la guía. No entiendes bien el idioma, no entiendes las normas, no conoces a nadie, se come diferente e, incluso, las rutinas horarias son diferentes…

Etapas de impacto del choque cultural

  1. La luna de miel. Es el primer momento cuando todo es nuevo, emocionante y diferente. Es un momento en que las emociones están a flor de piel y la adrenalina a tope. ¡La mejor recomendación es disfrutar del momento!
  2. El choque cultural llama a tu puerta. Con el tiempo empiezas a experimentar dificultades de tipo práctico y emocional en tu día a día. Estas dificultades y dependiendo de tu red de apoyos, pueden llevarte a sentir nostalgia y soledad.
  3. Baby steps. Todo ajuste requiere hacer pequeños pasos para progresar y empezar a apreciar tus avances. Empiezas a adquirir conocimientos lingüísticos que te ayudan, empiezas a relacionarte más con personas locales y a disfrutar de tus nuevas rutinas y cultura de adopción.
  4. Cómo en casa. Es el momento en que la adaptación a tu nuevo entorno está en su punto más álgido. Te sientes como en casa e incluso desarrollas sentimientos de pertenencia.
  5. Choque Inverso. Si llega el día en que vuelves a casa, todo te parecerá un poco extraño, echarás de menos tus rutinas y entorno adquirido y tendrás emociones contradictorias que, probablemente, tu familia y amistades no entiendan. Y todo es normal, es un proceso que requiere tiempo y paciencia hasta que reajustas tu vida y proyectos. La ventaja es que incorporas a tu proyecto de vida todas estas experiencias, las buenas y las malas.  

Consejos para adaptarte a una nueva realidad

La guía de Eurodesk nos traslada 10 consejos que pueden ayudarte en esta adaptación al cambio:

  1. Sé abierto de mente. La curiosidad es una capacidad maravillosa porque nos abre la mente a nuevas experiencias, conocimientos y formas de ver la vida. Y lo ideal es practicarla aceptando las diferencias. Eso sí, una curiosidad controlada, sin llevarte a caminos que pongan en riesgo tu salud física o emocional.
  2. Sigue conectado. Es importante mantener el equilibrio entre el contacto con tu familia y amistades, que pueden ser un espacio reconfortante en momentos difíciles, y la disponibilidad a hacer nuevas amistades y sumergirte en un nuevo entorno.
  3. Construye una red de apoyo. Es importante esforzarse por construirte tu propia red de apoyo. Una manera de hacerlo es buscar actividades que te interesen en la comunidad que puedan proporcionarte nuevas amistades.
  4. Aprende sobre la cultura que te acoge. Investigar y aprender sobre la cultura en la que te vas a sumergir, es siempre una buena idea. Te puede ayudar a evitar malos entendidos y, una vez allí, puedes preguntar a los locales sobre aspectos que no tengas claros.
  5. Mantente activo. ¡Esta es una máxima del autocuidado emocional te marches o no al extranjero! Como es bien sabido, el ejercicio regular puede influir positivamente en el bienestar emocional y el estado de ánimo.
  6. Practica el autocuidado. Escucha tu cuerpo y mente para entender qué necesitas en cada momento. Dedica tiempo a tus aficiones y a aquellas actividades que te aporten calma y bienestar.
  7. Sigue una rutina. Una rutina diaria puede proporcionar una sensación de estabilidad y control en un entorno que al inicio nos es extraño.
  8. Pide ayuda si lo necesitas. Vivir en el extranjero puede ser una experiencia estresante. Si sientes que no puedes con la situación, no dudes en pedir ayuda. Muchos lugares ofrecen servicios de asesoramiento o grupos de apoyo para personas extranjeras.
  9. Celebra los pequeños logros. Cada pequeño logro que consigues en tu proceso de adaptación es motivo de celebración. Reconócetelo y háblate bien.
  10. ¡Recuérdalo! Cuando termines con tu estancia en el extranjero, todas esas experiencias y emociones vividas son un pequeño gran tesoro. Tendrás grandes recuerdos, nuevas amistades y una perspectiva más grande del mundo. Incluso las emociones más negativas son un aprendizaje que te hace más resiliente.

¿Cuándo debes preocuparte por tu bienestar?

Como hemos dicho, el choque cultural es un proceso natural y progresivo y lo habitual es transitar por todas sus fases sin mayores consecuencias. Sin embargo, hay algunas señales de alarma a las que debes atender para alertarte que alguna cosa no está bien:

  • Si te sientes constantemente abrumado por la tristeza, la ansiedad o la frustración hasta el punto de que interfiere en tu vida diaria y no te permite desarrollar tus actividades habituales.
  • Si te has aislado de la gente. Sentir timidez al principio es normal, pero el aislamiento prolongado es una señal de alarma.
  • Si experimentas síntomas físicos como dolores de cabeza, de estómago, insomnio, cambios en el apetito durante mucho tiempo y no desaparecen. Estos síntomas pueden estar relacionados con el malestar emocional y no deberías ignorarlos.
  • Si consumes sustancias tóxicas como alcohol o drogas para hacer frente a situaciones que te resultan hirientes o estresantes.

Si experimentas estas señales, es momento de reflexionar y hablar con tu entorno más cercano para buscar ayuda.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 23 de Abril de 2024
Última modificación: 23 de Abril de 2024
Mònica Fidelis Pérez de Tudela

Mònica Fidelis Pérez de Tudela

Periodista. Project Manager
SOM Salud Mental 360